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Tres formas de prepararse para el fin de los tiempos
Friday, February 17, 2023 by Jan

 

Muchos se preguntan qué hacer cuando lleguemos al final de los tiempos.

Tenía una curiosidad única cuando visité mi ciudad natal de La Paz hace unos años. En particular, quería visitar el hogar en el que nací y donde viví parte de mi infancia antes de mudarme a los EE. UU.

Satisfice mi deseo cuando una prima y yo visitamos la casa. Estaba en el mismo lugar. Era la misma casa. Pero oh, tan diferente. El jardín de tres niveles fue nivelado y en su lugar se encontraba un edificio de dos pisos con condominios. El garaje se convirtió en un pequeño apartamento. Apenas la reconocí debido a los cambios drásticos.

Lo mismo le sucedió a nuestro país, los EE. UU., el país más grande del mundo. También se ve muy diferente. De hecho, es el mismo país, misma ubicación. Pero, Dios mío, los cambios en el panorama moral son alarmantes.

No deberíamos sorprendernos. En el libro de Timoteo, Dios enumera los tiempos terribles que, lamentablemente, reflejan la cultura actual: “Pero fijaos en esto: habrá tiempos terribles en los últimos días. Los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, jactanciosos, soberbios, abusivos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin amor, despiadados, calumniadores, sin dominio propio, brutales, no amadores del bien, traicioneros, temerarios, vanidosos, amadores de los placeres más que de Dios, teniendo apariencia de piedad, pero negando su eficacia.” 2 Timoteo 3:1-5

Es difícil negar tal depravación. Y aunque estemos en medio de esta terrible condición, debemos estar al principio de la sabiduría para saber cómo enfrentarlo, cómo reaccionar y cómo prepararnos.

Estos tres pasos podrían ser el comienzo de esa preparación: No temas. Limpia. Y ten valentía.

Primero, no temas. En vez, mantente firme, confiado en la verdad de la Palabra de Dios que permanece sólida sin importar los tiempos terribles. Dios tiene la victoria ya establecida. Y Él tiene la seguridad de que permaneceremos victoriosos. (Romanos 8:37).

Cuando el enemigo de nuestra alma avanza en este mundo, es impotente. “Porque, aunque vivimos en el mundo, no hacemos la guerra como el mundo. Las armas con las que luchamos no son las armas del mundo. Al contrario, tienen poder divino para demoler fortalezas”. 2 Corintios 10:3-4

A través de Cristo, el poder divino que está obrando para demoler, destruir y desmantelar cualquier fortaleza nos pertenece a nosotros, llevamos ese poder y esa fuerza. Por eso no nos hundimos en el miedo, sino que nos levantamos en la fe.

Segundo. Limpia. Es cierto que nuestros pecados ya han sido lavados, limpiados y perdonados a través de la sangre de Cristo Jesús.

Pero, lamentablemente, si hoy eliges seguir en el camino del pecado, las consecuencias son perturbadoras. Interrumpen tu paz, te quebrantan y te llevan al dolor.

La mujer sorprendida en adulterio lo sabe de primera mano. Con el cabello revuelto, los ojos rojos e hinchados por el llanto y los brazos fláccidos a los costados, esperó.

“Jesús se enderezó y le preguntó: 'Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’”

—Nadie, señor —dijo ella.

“Entonces yo tampoco te condeno,’, declaró Jesús. “Vete ahora y deja tu vida de pecado.” Juan 8:10-11

Aunque perdonada, Jesús no pasó por alto el pecado ni lo condonó. Él lo reconoció, dándole una clara instrucción de dejar su vida de pecado. ¿Por qué dio esa instrucción? Porque Él sabía que tanto ella como tú y yo tenemos libre albedrío para tomar decisiones.

Cita de un prisionero: “Seguí a Jesús y creo que Él murió por todos mis pecados. Pero tomé la decisión de cometer el crimen y estos barrotes de celda me recuerdan mis elecciones”.

Dios quiere que vivamos en la libertad de elecciones sanas. Mientras nos preparamos esperamos y anticipamos Su regreso, Él está ofreciendo la misma libertad para dejar atrás esa elección llena de pecado que nos atrapa, trae tristeza y nos one tras las rejas del arrepentimiento.

El regreso de Jesús es inminente, y a quién le permitamos controlar nuestra mente es una decisión urgente porque “La mente del hombre pecador es muerte, pero la mente controlada por el Espíritu es vida y paz…” Romanos 8:6

Tercero. Sé audaz. El mundo se está hundiendo. Los desastres aumentan, las almas están en tinieblas y los desalentados se están volviendo desesperados. Por lo tanto, ser pasivo es ahora cosa del pasado. Es necesario renovar la audacia y la valentía en Cristo para llevar a cabo las órdenes de Dios de difundir las buenas nuevas. No es necesario escribir libros o hablar desde una plataforma. Tu mensaje es lo suficientemente poderoso a través de la forma en que conduces tu vida. Cómo sigues las órdenes de Dios. Y cómo llevas la Palabra de Dios para dictar lo que piensas, lo que haces, cómo trabajas, cómo amas y adónde vas.

La forma de vivir en Cristo es clara: ¿Te sientes ansioso? Invita la paz de Dios. ¿Enfrentas problemas? Dalos al Señor. ¿Ves el colapso financiero? Fija tus ojos en las cosas de arriba. ¿Otros te insultan y te critican? Ora por ellos. ¿Estás en medio de pruebas? Comprométete a perseverar. ¿El gobierno es corrupto? Declara que Dios aún está en el trono. ¿La amoralidad es alarmante? Alaba Al Señor por su misericordia. ¿Los conflictos personales no acaban? Entrégalos a Dios. ¿La desesperación te amenaza? Declara la victoria que tienes en Jesús.

Jesús regresará mientras estamos leyendo blogs, publicando en las redes sociales, comprando en línea, yendo al médico, cambiando pañales... pero estamos preparados, no tememos a nada, tomamos decisiones sabias y nos volvemos valientes al compartir el Evangelio.

Oremos

Señor, los últimos tiempos, la tribulación, la persecución y las señales de las que debemos ser conscientes se están volviendo más reales. Pero no temeré, no sucumbiré a los caminos del mundo ni me dejaré preocupar. En cambio, declararé tu victoria a través de mis pensamientos, palabras y acciones hasta el día en que regreses.

Amén.

¿Cuál de estos tres pasos has tomado para prepararte para el fin de los tiempos?

 

 


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